Una de las
opciones seguras a la hora de elegir una planta para el jardín es la hortensia.
Este arbusto de hoja caduca, originario de Asia, también se conoce como
Hydrangea.
Sus vistosas
flores, que crecen en racimos, alegrarán durante el verano todos los rincones
verdes, con su amplia variedad de colorido.
Aunque
normalmente se ubica en exteriores, también es posible mantenerla como planta
de interior hasta la floración.
La variedad
más común es la Hydrangea Macrophylla, aunque existen otras como la petiolaris,
trepadora, la arborescens, con grandes racimos de flores, o la paniculata,
cuyas flores se encuentran en grupos con forma de pera.
Reproducción
La hortensia
se multiplica por esquejes, que cortaremos de la planta tras la floración.
Dejaremos
que enraícen y los ubicaremos en una maceta o en el jardín en otoño o
primavera.
El suelo
debe ser rico en nutrientes y ácido. Además, es importante no situarlos a pleno
sol; se desarrollan mejor en sombra parcial.
Además, el
terreno ha de estar húmedo, pero al mismo tiempo, tendrá un buen drenaje, ya
que los encharcamientos son perjudiciales.
Si vivimos
en una zona fría, la resguardaremos en el interior o en un lugar abrigado, ya
que no soporta las heladas.
Asimismo,
tampoco crece bien en lugares demasiado cálidos o secos.
Su colorido
varía desde el blanco hasta el rosa o el azul. Este último es el tono más
apreciado, que se consigue en suelos muy ácidos y con una proporción elevada de
aluminio; además, existen productos que ayudan a mantenerlo y acentuarlo.
Una vez cortada, resulta muy atractiva para
formar ramilletes que darán un toque de color al hogar.
Para evitar que se marchite en poco tiempo, ha
de conservarse en agua, a la que añadiremos azúcar, que proveerá los nutrientes
necesarios. Tampoco situaremos el recipiente a pleno sol.
Con estos sencillos cuidados podremos
disfrutar de un arreglo floral natural durante varios días.
Fuente: http://plantas.facilisimo.com/reportajes/arbustos/la-hortensia_183988.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario